El autobús populista de Cádiz

La oposición exige ahora la subvención del bonobús
sin mucha justificación, como tampoco la tiene
haber aprobado el gobierno local destinar 1,3 millones a este concepto
en lugar de a otras muchas cosas La oposición exige ahora la subvención del bonobús
sin mucha justificación, como tampoco la tiene
haber aprobado el gobierno local destinar 1,3 millones a este concepto
en lugar de a otras muchas cosas  

El transporte urbano de viajeros ha dejado de ser un servicio público en Cádiz, o al menos de mirarse como tal. Los partidos, incluido el que gobierna la ciudad, han convertido el autobús en algo populista; como ya hicieron antes con la luz, también con el agua… y realmente con todo lo que tenga que ver con el día a día del ciudadano, si se para usted a pensar. En esta última semana hemos presenciado cómo de repente subvencionar el precio del bonobús (ojo con esto, porque nadie pide abaratar el billete ordinario, sino que el ‘toma y daca’ se limita al precio del bonobús) es algo fundamental para la ciudad. El bolsillo del gaditano depende ahora de si el trayecto usando bonobús cuesta 0,70 euros, 0,35; o 0,55

El origen de esta nueva polémica en la que se entretienen los políticos, que siguen muy distanciados de la realidad de la calle, es la subvención que el Estado concedió durante la pandemia para favorecer el uso del transporte público en un momento delicado en el que las limitaciones de movilidad, las precauciones sanitarias y los recortes laborales que exigía el Covid ponía en peligro el sostenimiento de este servicio público. Ahí es donde, en el caso del transporte urbano de Cádiz, pasó a costar 0,35 euros por trayecto si se usaba bonobús; una medida temporal que luego el Gobierno decidió ampliar en el tiempo rebajando el porcentaje a subvencionar y obligando de alguna manera a los ayuntamientos a aportar el resto de ese porcentaje hasta llegar al 50% implantado en un primer momento.

Así hemos estado hasta que finaliza 2024, todo el mundo parece haberse repuesto de los efectos de la pandemia y, por tanto, toca volver a la normalidad. Algo así anunció hace ya unos meses el ministro de Transportes, Óscar Puente, aunque el Gobierno aún no ha determinado nada respecto a la subvención al transporte de cara al próximo año.

Todo esto lo saben, de sobra, todos los partidos políticos. Pero aún así, han visto algunos una rendija en la que meter baza contra el adversario. Y ahí que se ha lanzado Adelante Izquierda Gaditana para reclamar al Ayuntamiento que asuma en solitario ese descuento del 50% en el precio. Es decir, que todos los gaditanos paguemos 35 céntimos de euros por cada trayecto que haga un usuario con bonobús. Toma ya. Y ahí que le sigue el PSOE asegurando que el autobús debe seguir costando ese precio y, ojo, lanzando que exigirá al Gobierno central (es decir, a su propio partido) que mantenga la subvención.

La misma rendija que la oposición ha visto en el muro para atacar al Gobierno local, también la ha visto el equipo de Bruno García como debilidad. Y ahí que se lanza el alcalde para anunciar una medida como si fuera la salvación de la ciudad. Ríase usted de las inversiones pendientes, de la solución de Valcárcel, de nuevas promociones de vivienda protegida, de lo mucho que le falta a la ciudad en muchos sentidos; lo importante esta semana, con comparecencia excepcional para dar cumplido anuncio al acuerdo, era el precio del autobús

Ha decidido el gobierno local, para evitar la crítica, o aminorarla, que va a seguir subvencionando su parte del precio del bonobús. Es decir, que seguiremos pagando todos 15 céntimos por cada viaje que hagan los usuarios del bonobús. Una medida ¿necesaria? que calcula el equipo de gobierno que supondrá 1,3 millones de euros más al transporte urbano, que ya de por sí precisa de una subvención de 4,2 millones de euros para que pueda prestarse el servicio.

Dice Adelante que esos 15 céntimos que va a seguir asumiendo el Ayuntamiento para rebajar el precio del bonobús son pocos, y que la subvención debería ser de los 35 céntimos completos (dejando en un segundo plano, como critica el PP, el hecho de que el Estado sí pueda renunciar a una subvención que al Ayuntamiento le obligan no solo a mantener, sino a ampliar de forma considerable). Es decir, que en lugar de 1,3 millones de euros que empleará el Ayuntamiento en que el bonobús cueste 0,55 en lugar de 0,70 euros, habría que destinar a este concepto más de 3 millones de euros. Ahí es nada.

A este respecto, dice también el grupo de izquierdas que esa cuantía (que debe sumarse, conviene recordar de nuevo, a los 4,2 millones que se entregan en concepto de déficit de explotación) es perfectamente asumible por el Ayuntamiento. Y si no, que quiten luces para pagar bonobuses; una política arriesgada, porque si empezamos otra vez a quitar lo que a cada uno no nos gusta, podemos tener autobuses gratis para todos… pero vacíos.

Del mismo modo, también habría que mirar al PP y a esa política que una vez más emplea de defensa frente a la izquierda, en lugar de gobernar para toda la ciudad bajo criterios rigurosos. Por poner un ejemplo, se puede recordar que Cádiz sigue sin tener un servicio público de alquiler de bicicletas, que se presupuestó en más de 700.000 euros y que podría implantarse fácilmente si se decidiera no subvencionar el bonobús.

Lo que nadie ha denunciado, ni criticado, ni propuesto en esto del precio del autobús es la implementación de incentivos que tienen prácticamente todas las ciudades y en lo que Cádiz sigue bastante anticuada, como los propios autobuses que circulan por sus calles y avenidas. Tarjetas mensuales con viajes ilimitados, bonobuses para desempleados, precios variados en función de las edades o colectivos a los que se pertenezca, pago con tarjeta, Bizum y otras modalidades que facilitan el acceso al autobús… Por no hablar del servicio en sí, que sigue a la espera de que el Ayuntamiento (el actual de Bruno García, el anterior, “y el anterior del anterior” como repite el alcalde cada semana en rueda de prensa) lo actualice, lo mejore y, sobre todo, lo saque a licitación.

En lugar de todo esto, que es lo que verdaderamente necesita el servicio de transporte urbano de viajeros en la ciudad, la polémica de esta semana gira en torno a cuánto puede o debe subvencionar el Ayuntamiento el trayecto en bonobús. Y digo subvencionar, porque nadie habla de bajar el precio del bonobús, sino de subvencionarlo, para terminar de dar carácter populista a algo tan cotidiano como el autobús.

 Diario de Cádiz – Cádiz

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