<p>A <strong>Dodi Lukebakio</strong> (Asse, Bélgica, 1997) «le vino Dios a ver», nunca mejor dicho, cuando <strong>Víctor Orta, director deportivo del Sevilla,</strong> se fijó en él y marcó su teléfono móvil. Después de marcar 11 goles en la <strong>Bundesliga </strong>con el <strong>Hertha de Berlín</strong>, el delantero aterrizó en <strong>Sevilla </strong>la noche del 23 de agosto del año pasado. Fue su propia ‘<strong>Madrugá</strong>’. Porque el belga es un hombre de <strong>profundas creencias religiosas</strong> y llegó al Sánchez-Pizjuán como salvador de un equipo que había perdido mordiente y liderazgo. El cuadro de <strong>Nervión </strong>se dejó en él ocho millones de euros y hoy, año y medio después, se ha convertido en estrella del equipo que esta tarde visita el <strong>Santiago Bernabéu</strong>.</p>
El delantero belga, de profundas creencias religiosas, se ha convertido en la gran estrella de Nervión. Lleva siete goles en Liga y esta tarde visita el Bernabéu.
A Dodi Lukebakio (Asse, Bélgica, 1997) «le vino Dios a ver», nunca mejor dicho, cuando Víctor Orta, director deportivo del Sevilla, se fijó en él y marcó su teléfono móvil. Después de marcar 11 goles en la Bundesliga con el Hertha de Berlín, el delantero aterrizó en Sevilla la noche del 23 de agosto del año pasado. Fue su propia ‘Madrugá‘. Porque el belga es un hombre de profundas creencias religiosas y llegó al Sánchez-Pizjuán como salvador de un equipo que había perdido mordiente y liderazgo. El cuadro de Nervión se dejó en él ocho millones de euros y hoy, año y medio después, se ha convertido en estrella del equipo que esta tarde visita el Santiago Bernabéu.
La historia de Lukebakio no se entiende sin Jesucristo. «Mi único ídolo«, repite desde sus primeras palabras al departamento de comunicación del Sevilla. En sus redes sociales se pueden encontrar continuas referencias a la Biblia y en la biografía de su perfil, además de los obvios ‘Jugador del Sevilla y de la selección de Bélgica’, añade «Jesucristo, mi Dios y Salvador«.
La fe del futbolista belga no se queda sólo en las palabras y en internet, también llega a la ropa con la que sale cada fin de semana a jugar. Suele llevar una muñequera con el nombre de Jesucristo y en sus espinilleras, además de mensajes a su familia, no falta el mensaje anterior: «Jesucristo, mi Dios y Salvador».
Su comienzo en el Sevilla no fue fácil. Después de unas primeras semanas ilusionantes, en las que marcó dos goles, unos problemas en el embarazo de su mujer le obligaron a viajar en repetidas ocasiones a Bélgica. Comenzó a perder el ritmo y la titularidad y se lesionó la rodilla en el mes de diciembre. Tres meses de baja en los que se refugió en su hija recién nacida y en la Biblia. «Muchos creen en Jesús sólo cuando todo está bien, pero yo he elegido alabarle en este momento. Esta experiencia me hará más fuerte», escribió en sus redes.
Las oraciones surgieron efecto, porque volvió a tiempo para ayudar al Sevilla en la pelea por la salvación, conseguida en el tramo final de la temporada, y terminó entrando en la convocatoria de Bélgica para la Eurocopa. Lukebakio es un habitual en las listas de su selección, y eso que llegó a debutar con la absoluta de Congo.
En 2016 se fue cedido al Toulouse, pero no pudo jugar hasta el mercado invernal porque no tenía el certificado de nacimiento y así no podía conseguir el permiso de trabajo. La única manera que encontró la Ligue 1 para inscribirle fue que disputara un partido amistoso con la República Democrática del Congo, el país de sus padres, y así conseguir la nacionalidad. Lo hizo, disputó varios encuentros con el conjunto francés y rechazó volver a jugar con el país africano esperando la llamada de Bélgica, que finalmente llegó.
Pasó por el Charleroi, el Watford y el Dusseldorf, con los que marcó un hat-trick al Bayern en 2018, llamando la atención de varios clubes de escalones superiores. Tuvo varias ofertas y eligió la del Hertha Berlín, que pagó 18 millones por él en 2019. Cuatro años después, llegó a Sevilla.
Con Ronaldinho y Cristiano Ronaldo como «referentes», dice, Lukebakio está cuajando el mejor inicio de temporada de su carrera. Lleva siete goles en las 17 primeras jornadas de Liga y es la absoluta estrella de un Sevilla que ha conseguido levantar el vuelo tras un arranque complicado. García Pimienta le ha entregado las llaves de su ataque, le ha dado libertad para moverse por todo el frente para conectar con Isaac Romero y el belga ha respondido.
Es el séptimo anotador del campeonato, empatado con Sorloth, Griezmann y Lo Celso y con Vinicius, Ayoze, Mbappé, Budimir, Raphinha y Lewandowski por delante. A sus 27 años y después de muchas temporadas esperando su explosión, está ante un curso que puede marcar definitivamente su carrera y ya suenan a su alrededor nombres de clubes importantes, como los de Inter o Juventus.
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